martes, 30 de diciembre de 2008

descomposición de un segundo

so, where is the beauty?
there's beauty
even in this dark passage
as a sudden appearance
that's that darling
what's terrible is that it doesn't last forever
M. Curcuming - My sopha is nicer than yours

...falling for an android with
delayed reaction
WKW - 2046

uno un paso,
dos otro más,
tres un leve, levísimo tirón hacia tras,
cuatro, maldito envión
cinco, otro paso más
cuatro, maldito envión
seis, otro paso más,
cuatro, maldito envión
siete, una puerta cerrada
cuatro, maldito envión
ocho, cuerpo en suspenso
cuatro, maldito envión
nueve, cuerpo en suspenso
cuatro, maldito envión

cuatro, maldito envión

restas

and I said
who am I?
and I begged for your answer
but you are just a tear
N. Mije

restan tres
imploro a mi ojo no explotar
ojo, centro, latido neblinoso
restan mis días
el eterno día que pasa-nopasa
nuevamente en el borde
conjugándome
y sí y no
restar está de más
talvez algún día estés

ser(i)es divergentes

mother, what about you?
what about you?
anonymous

¿Quién le dirá que el otro que lo observa
es apenas un sueño del espejo?
JLB

otra reflexión (de esas bien imbéciles): a veces creo que un "ser verdadero"(*) subyace/está; suelo, en ciertas personas al menos tener una pequeña certeza de que lo contemplo, por una fracción ínfima de tiempo (qué importa, si al final de cuentas...) casi en un descuido del portador. Suelo creer que esta contemplación (vaya palabra) es inmediata (y esta no se queda atrás) y que está a una distancia infinitesimal de quien acarrea su cuerpo y su otra-cosa-que-el-cuerpo; también he descubierto que en ese sentido soy ingenua y no llego a "ver" que lo que para mi es una distancia infenitesimal, para otro es infinita ¿Será porque invierten la operación y en vez de convergir, divergen?

operación, convergencia, divergencia, infinito, infinitesimal, la cifra





(*) espantoso, espantoso, pero no se me ocurre otra cosa versus ser-engaño (para nada relacionado con el ser-ficticio, que está mucho más cerca al ser-verdadero)

jueves, 25 de diciembre de 2008

tan-sentidos

Existe la siguiente propuesta: “intentar una explicación”,
mirar la propuesta es válida, ejecutarla no se sabe si posible.
El verano tampoco ayuda, viene cargado de calores soporíferos
y pestes familiares.
Él intenta seguir la propuesta, al pie de la letra y habla sobre lo amoral y lo moral.
Tedio oportuno o inoportuno que nos invade uno a uno tras sus palabras,
tan roídas por sus dientes marchitos, por su lugar tomado desde tiempos inmemorables.
No hay sitio para risas en este juego imbécil, quien tome la palabra se la beberá de un sorbo,
y que espere lo que espere; allí estará para siempre.
Álvaro de Campos mira su tabaquería, sabe que la consigna es idiota; cómo no saberlo,
Olvídanse ya tan pronto. Pregúntome ¿Por qué? Y la respuesta puede llegar a ser tan absurda como la pregunta.

Resta proveernos de todo nuestro armazón de vivir y contemplarnos en nuestra desnudez, solo para mostrar nuestras ropas ya tan descoloridas. Qué ironía, tan absurdamente descoloridas que ni de ropa sirven más que para lo que fueron creadas, y entonces para qué ropa y no pieles recortadas sin más.

Que no quede más que un continuo rozarse ¿Será oportuno? ¿Seremos oportunos?
¿Y qué si se elimina la consigna?
Eliminando una causalidad, dentro de esta cuestión tan poco favorable; llegaríamos a un corpus completamente acausal y al final de cuentas correremos, en busca de aquello, en vista de la niña y sus chocolates y su envoltorio plateado, sin más. Bajaremos por tantas ventanas como las que tantos otros bajaron.

Finalmente nos podrá abordar aquello que creemos que amamos, qué más, sí, aquello por lo que nuestro adorable Don cervantino corría; el afán de ser algo que existe porque así son las cosas, y existen en relación a las cosas que lo rodean, en un momento el lugar se transfigura, rómpense todas las prioridades, toda punta que brilla como único faro; la transformación es la de un concierto de luces, sin más partitura que la que la propia armonía resuelve, tonal, a-tonal, mezclada. Será qué esta bestialidad es posible, pregúntanse, pregúntanse...

miércoles, 24 de diciembre de 2008

alicia y los rutilantes


Según una traduccióń que circula últimamente por algunos lugares que comunmente se llaman librerías y que tienen en su haber mezclas de las más variadas de esos objetos llenos de sorpresas (de las buenas y las malas) que son los libros, Alicia descubre un jardín de rutilantes flores. Los rutilantes se cuelan ya por todas las aperturas; Alicia tuvo la desgracia de no poder hacer nunca coincidir su tamaño con la de la mesa y luego con la de la puerta; o ejecutar todos los pasos en un orden; talvez algún loco de esos a quienes les gusta la matemática diría, su algoritmo siempre dejaba un paso afuera; cuando era grande olvidaba tomar la llave o tomaba la llave cuando no era lo suficientemente pequeña como para pasar por la puerta; para aquellos que no nacen con el don del orden; talvez la vida les depara más cosas maravillosas y de ahí que Alicia corriera permanentemente tras su ganas de dar en aquel jardín.

Bien, quitando este paso por el jardín de Alicia y Alicia misma; tendremos que pensar en otras cuestiones; pero que esta vez afectan (sin perjudicarlos) a los rutilantes; para ello nada mejor que ilustrar con el siguiente paseo.

Dos rutilantes se encuentran en La Boca; en una proa más precisamente; navegan una muestra duchampiana que se despide con barquitos de papel; y que previo a la despedida los había logrado divertir con una viborita que recorría el cuerpo de otro que rutilancias no le faltaban por ningún lado. El paseo programado es largo; así que los rutilantes llevan consigo un mapa; con un recorrido previamente demarcado. Luego de desembarcar suben al 152 (es la línea de los rutilantes; ya está demostrado; el 152 tiene al 8; y el 8 tiene al uno, al dos y al tres; y esto es algo que los rutilantes encuentran exquisito) descienden independientemente por Paseo Colón; rodeados de ingenieros cantores que muestran sus destrezas por dos enormes altoparlantes). Se aventuran por el trayecto ya demarcado y compran jazmines, helados y un vestido verde; pero no llegan a destino, como a Alicia, el mapa y el lugar no coinciden; para ir a A, se acercan al vértice; cuando están a unos pocos metros; descubren que donde están yendo no es donde indica el mapa, entonces se alejan una distancia equivalente a la caminada hasta el punto B; cuando están llegando al punto B descubren que en realidad el mapa está equivocado y que tenían que ir efectivamente en la dirección de A pero un poco más abajo. Los rutilantes trazan entonces un perfecto triángulo; alguien que no entiende a un rutilante pensará en su despiste, en esta vida sin orden, presa del caos en la que viven; el rutilante sabe muy bien que esto no es así; que trazar triángulos los pone del mejor de los humores y que les permite olfatear alternadamente (primero uno y después el otro) los jazmines adquiridos.

tableros e ingenuidades

algunos pensarán en la vida como un tablero de ajedrez; con sus piezas; sus movimientos, sus lugares, tan previsibles, calculables (al menos en una cantidad de jugadas casi digitables); algunos tendrán esa desgracia, yo últimamente la veo más como un tablero de go; habitable, sin movimientos previsibles; con encuentros fortuitos; hermosos; coincidencias buscadas en esta gran fuerza que despliega la vida; en este lugar tan hermoso donde nos encontramos; no soy ingenua sin embargo; la belleza no es lo único; por eso en el go también hay muerte.

sábado, 20 de diciembre de 2008

camanchaca

Como ellos mismos lo dicen, hay un momento, donde pese a que conservamos nuestros nombres, ellos son solo una pobre referencia a lo que subyace, o está/es en algún lugar. Ese nombre, todos esos nombres, todos esos sentidos, paran, paran en el instante en que se rompe la cadena; se rompe y solo queda lo que por ponerle un nombre, por de alguna manera estancar esto de lo que se está hablando, algo bello. Eso, donde se disrumpe la cadena y solo queda lo que es por ser, como pompónsamente les gusta llamarlo a muchos, inefable, sí, pero no por trascendencia, no, no, está ahí, tan presente y corporal que hasta lastima nuestros sentidos, cada uno; y sí, no hay trascendencia, simplemente nada, momento de recambio y posibilidad infinita de movimiento. El nombre entonces se vuelve solo un decorado soso, imbécil, torpe. Qué más... horror al vacío, inventor inútil de tantas trascendencias.
alguien ha dicho

jueves, 18 de diciembre de 2008

trem



um trem das cores num dia escuro

miércoles, 17 de diciembre de 2008

cosas que pasan si uno sigue la senda-crítica de Cheng.

Cheng dice, en el mundo hay belleza, podría no haberla, pero la hay. Cheng ve en esto un germen, un principio del sentido, intentamos responder ante esta belleza.

Del otro lado, casi en diálogo, está la muerte, la degeneración de los cuerpos ;talvez el miedo.

Dos sentimientos talvez opuestos, el anonadamiento ante la belleza y el horror, el miedo.

¿Por qué entonces el sentido solo en la belleza? Talvez no se necesite, para los hechos horrorosos, una explicación; aunque a la belleza sobrevenga una posterior angustia, como las de Baudelaire por nombrar a alguien de angustias célebres.
¿Es que somos seres más cercanos al miedo? ¿Es la belleza un intento de superar este desamparo? ¿Es el sentido en la belleza un plus al desamparo?

Lo siniestro se sitúa en otro lado, mira a la belleza y a la fealdad y de alguna manera en este espacio intermedio está de la mano del sentido. Se cuela en Cronenberg y en Lynch (magistralmente, en Blue Velvet y Una historia violenta, respectivamente)...

martes, 16 de diciembre de 2008

elementos para un primer beso

a las nubes,
que ellas también lo vieron

una noche, o también un día. Un momento, un espacio, un lugar de algo así como encuentro/desencuentro.
Un cuerpo, el tuyo; otro cuerpo, el mío.
Dos inseguridades certeras. Un paso claro, una apertura en un matorral imposible, una perfecta armadura quixotezca, una seguridad delirante sobre lo que el que avanza puede.
Una llegada recibida, acogida, un cuerpo espectante.
Finalmente una proximidad cada vez menor y dos cuerpos que no saben en qué instante fueron expulsados hacia ese movimiento; que previamente languidecen en la duda y ahora festejan una certeza.

sábado, 13 de diciembre de 2008

certeza de un balcón

La señorita Mondriadán salió al balcón, hoy, una noche que anuncia el verano, cargando una brisa húmeda, abierta y estrellada.
Su tedio le permitió apoyar pesadamente la cabeza en la pared lateral. Respiró lentamente el aire nocturno; casi amargamente.
Su cuerpo tan tenue y pequeño bebió la noche y pensó en los tiempos de aquel balcón acostumbrado. El tiempo había borrado los rincones, las grietas, sus pequeñísimos secretos; el tiempo de la costumbre. En esto pensaba cuando decidió deslizar la palma de su mano por la pared; la noche, también acostumbrada acogió su movimiento y sus rodillas cedieron al peso de su cuerpo, lentamente su espalda palpó tramo a tramo la pared y la imagen repetida se desdibujó, reconoció la sensación, una extrañeza, un sentimiento que la acongojaba y hacía que tuviera que excusarse y pedirle permiso a su antiguo balcón por semejante acto impúdico.

este es el lugar
este es el espacio que tu cuerpo roza
mi espacio
el que mi cuerpo de piedra cede a tu cuerpo
el que contempla siempre
queriendo abarcarlo
pero sabiéndolo vivo reconoce la imposibilidad de semejante acto
esta usual piedra que se agrieta
y que tus ojos no contemplan
por materia inerte

martes, 9 de diciembre de 2008

bolsa de aceitunas

solo un ejercicio?
descubrimiento de los ángulos
frente a la bolsa

alargada,
en el fondo, carozos apilados
está sobre el piso
la luz cae oblicua, el borde de la bolsa es donde más se refleja

el fondo está opacado, pareciera que hay otra bolsa adentro de la bolsa
por azar los carozos que quedaron depositados en esta bolsa adentro de la bolsa
forman dos ojos de extraterrestre

en el ángulo inferior derecho hay un área de mucha transparencia,
se ven dos pimpollos secos,
en el ángulo inferior izquierdo algo que parece estar hecho de pétalo de rosa blanca.

La bolsa está muy arrugada de la mitad para arriba

ángulo b - desde arriba, tapando la luz.

aparece un fuerte olor a aceite de oliva
en el fondo de la bolsa hay semillas de sésamo, un papel doblado - que parece una curita- cáscaras de mani

La bolsa adentro de la bolsa tiene cara de conejo enojado, con muchas pecas.
El fondo parece pudrirse, hay restos de sustancias imposibles de describir.

El olor es lo que invade la escena.

ángulo c - levemente elevada, entre la mesa de la computadora y el sillón

la bolsa tiene un pato, descansa sobre papel blanco que parece abrazarlo,
lo más claro es el pico; perfecto, está dividido, parece querer alcanzar un ojeto elíptico de madera. La bolsa está muy transpirada , arrugada y con zonas mojadas.

ángulo d - desde atrás de maría i

solo se ve un plástico que no se entiende qué es. Está doblado como si fuera la mitad de un lirio; la superficie es principalmente gris; con zonas anaranjadas y verdosas; el borde doblado de la flor es blanco, con zonas grises.

ángulo e - detrás de maría u.
Plástico gris, con fondo naranja
se forma una libélula justo en la boca frontal de la bolsa.
su izquierda tiene la rugosidad de un ala.

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la discusión: el valor/disvalor de la metáfora. La metáfora como atajo frente al objeto que sin ella es infinito. La descripción objetiva vs la subjetiva.
meditación tardía: todos los sentidos interviniendo.

lunes, 8 de diciembre de 2008

sábado, 6 de diciembre de 2008

martes, 2 de diciembre de 2008

hilos conductores - tríada

George Dumézil.
Tomar la imágen
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Borges y la cábala (artículo)
Borges y la cábala (libro)
Kabalah - Página homeriana

Physis: el verbo griego ligado al "ser" no tiene el problema de la dicotomía ser/existir, reúne ambos sentidos.
La raíz de la plabra "phy" significa brotar, crecer (planta en griego es phytá)
Los griegos veían una realidad dinámica a la que llamaron physis, -sis alude a una actividad ("algo que brota").
... el término de origen latino que mejor reproduce la noción de physis es "creación" (acto de crecer).
¿Qué es lo que se realiza=se efectiviza? un principio (arkhé) elemental
La realidad para los griegos era algo dinámico, en ebullición, viviente.

Anaximando: tres etapas:
- lo indefinido (ya contiene los gérmenes de los opuestos)
- el surgimiento de los opuestos (ya fuera de lo indefinido)
- la constitución de todo mediante los opuestos

... los griegos nunca pudieron admitir la noción de "nada" (que en griego significa "no uno")

Heráclito:
+ Contrarios que son uno, en un uno que los articula y no es superador. Día y noche - jornada

Agustín
+ Extentio
+ Intentio
+ Distentio







Alef es Uno, Uno se dice EJaD y EJaD es otro nombre de Dios.

Otras historias de libros escritos por los rabinos ocultistas hablan de que Adam nació a los 40 años. Sabemos que Adam nunca fue niño sino ya era grande cuando lo conocimos. Por qué cuarenta nos preguntamos. La respuesta es que si se hizo con agua y tierra; agua y tierra es la letra Mem מם (que vale 40) y que ocupa en el abecedario el lugar número 13, suma que da EJaD lo UNO (Dios).

א ח ד

DaLeT JeT ALeF

(de kabalah literatura)

viernes, 28 de noviembre de 2008

martes, 25 de noviembre de 2008

tintas aéreas


sonidos de amor

rastros que se perdieron rastros que siempre llegan, trozos, presencias, ausencias, todos y nadie
to love or not to love
11.11


1.
por más que corra tras este trazo que se aleja
por más que encuentre el placer de tu niñez
por más que me pierda
por más que sea como un río suave
por más que cante pájaros
por más que estas palabras surjan casi frías, casi quemantes
por más que en mi recuerdo vuelva el instante, deambule, sea negra, oscura, radiante, blanca, llena, vacía
por más que pasen las horas, los días, llueva, llueva sobre mi, mis dedos se deslicen incontablemente sobre la madera, llore un llanto eterno, quiera, ame, vea, sienta viento frío, tus pies, tus trotes
todo esto en mi simultáneo y vos tan lejos, siempre ausente y yo tan acá, tan viva, con un corazón no para, late.

2.
este es mi reino desolador
máscara riente de una niña que parece eterna
amor que me aniña como siempre
pie sobre una huella, casi húmeda que huele a fango
escucho la rueda que gira,
eternamente
gota tras gota da vueltas
nos moja y da sed

abrazo cada bestia que corre
la busco
me acerco, la amo
sonrisa de lo que es, sonrisa de lo verdadero
gritamos, aullamos a una noche cristalina
que se resquebraja aguantando el peso
de quienes mansamente pastan
sobre un cuerpo que yace en vida

3.
rozo un aire casi muerto
que respirás
beso un agua con ondulaciones
siento el peso de un calor
agobio tuyo que me empaña

veo un circuito que no cesa
veo tus ojos perdidos en una niebla gris
tus manos alcanzando el color
oigo,
oigo y soy bestia,
oigo y mi cuerpo dicta estas palabras
celosa de mi alma escribo
guardiana de mi vida y de mi amor
que vale por el de todos los que me amaron
que son el pie de un monte que trepa
tras tu espalda,
ensordecedor
hasta tu cuello
donde muere
en ti
son

4.
desdeñaste el peso de mi alma
huiste tras árboles que no ocultan
para ocultarte de mi vida supiste ser estrellas
vidas eternas, vidas
qué me queda a mi
que no soy más que estas palabras
y qué.

5.
creo saber que tu huida fue en el sentido de un sol que encuentra la luna
creo ver nacer las sombras que languidecen
creo en un espacio que nos transforma, nos acerca eternamente
deja olernos, sentirnos, gustarnos
creo en un espacio que nos separa
que siempre estará presente en tu mirada, en la mía
creo en manos que se entrelazan y se pierden en infinitos dedos
de estrellas y soles
creo oir nuestra risa perdida que se va jugando con nuestras almas
que se amaron

6.
dejo ver este futuro a los pájaros
que saben correr tras él
juntos amamos un tiempo que fue y que no será
brisa que retorna cargada de luces
que no podemos mirar
porque no estamos
porque ya nos arrancó un viento
que acabó con nuestra sed y nos nutrió de algo que desconocemos
siento languidecer y vivir
siento el viento
que nos llevó y nos trajo
nuestro amor

7.
contaría el aire de cada segundo que abrazo
de este mundo que es como un empeño roto
por quien no paga por absurdo
por palabra ridícula que resuena en nosotros
por un queso que está rancio
sobre un mueble que murió
en una vida que creyó pasar

despacho el muelle de una bienvenida
que atesoramos
que nunca llega
salvo gaviotas blancas
que la salitre desdeña

sabemos que solo el mar
canta esta soledad
abrazamos la tierra
el polvo que nos cubre
y nos permite amar
esta vida

8.
noche, creo que sos mía
en una amor
que canto a todas las estrellas

ethos

Se desplazó en medio del salón gigante, hacia el fondo podía ver los reflejos de una proyección en una noche como noviembre puede ofrecernos a quienes moramos de este lado del planeta; fresca, abierta, como si un silencio se hubiera apoderado momentanemente de la ciudad y ese silencio fuera noche.
Su mano sujetaba una cámara transpirada y a su paso se le desplegaba un espectáculo que él concebía fantástico. Objetos, piezas y mujeres inalcanzablemente hermosas que charlaban en grupos con hombres de otra estirpe. Su éxtasis aumentaba y un cosquilleo le recorría el cuerpo entero. Todos ellos, seres celestiales, a su alcance. Él que había vivido un espectáculo circense, él que sabía ser fenómeno entre jaulas, excrementos de animales y trajes brillosos, abrazaba su cámara que pendía como un injerto. Su paso era estruendoso y su voz aullaba como un gallo desafinado en cada intento de intercolución. Los grupos se dividían y abrían a su paso, en cada una de sus intervenciones. Él sonreía nerviosamente, notablemente excitado por tanta belleza ¡Ah! ¡Que más! ¡Crueldad! El salón comenzó a destirlarla, súbitamente. Lo que brillaba se hizo rancio y él quedó parado en el medio de esa multitud; una vez más circensemente; en medio de fieras y defecaciones.

Solo el jardín mantuvo su silencio, solo la noche eclipsada por dos ojos que fueron a posarse sobre quien ama en secreto a un ser inalcanzable.

sábado, 22 de noviembre de 2008

la invasión de los rutilantes

A Santi y Carmen

Esa ridiculez de que Gallo se convierta en Austria, pff, así, sin previo aviso; buena ocasión para una charla con un librero que transpoló a hermoso en otra librería mucho más mítica, sin hojas vacías. El tiempo pasa y no en vano, eso diría alguien que no entiende que somos nosotros los que pasamos por el tiempo, pero bueno, finalmente, Pasaje Bollini. Casi se diría un pequeño pueblito italiano. Los vecinos nos recibieron desde la ventana, Buona sera a tutti quanti! Qué magnifico luce el sol en su jardín!. Disculpáronse por las joyas - son solo tres días-. El Picachu dinamitado nos sonrió maliciosamente - algo oculta este bicho, una oscura felicidad- y oligateamos ratones, ciervos y un señor-oso (medio chuwacado) todos enmarcados con linternas, pelotitas de golf, un desfile que fue estruendósamente risueño, sí, nos reimos, qué gusto.

El 152 vino como bólido fantástico, nos causó sin embargo un pequeño dislocamiento, se apoderaron de nuestras cabezas ínfimos rutilantes. Primero tomaron la lengua, fue con tanta geometría que nos dimos cuenta, algo andaba más lento, sin embargo los embaldosamos en una fábrica babilónica de un segundo subsuelo en Florida y nos enteramos que el arte cotiza, en monedas venusianas, gran sorpresa que decidimos festejar antes con alfajores y un paisaje ruso que colaba sirenas, teatro dentro de teatro y turquesa a-priori. Hicimos una parada intermedia y vimos un gran pollo que ejecutó una danza aérea muda y sorda, hasta que los rutilantes se apoderaron de nuestro oídos y nos hicieron saber que la ejecución era al son de la Zamba de la Esperanza.

Pusimos finalmente los pies al servicio de los rutilantes que nos desplazaron en medio de listas infinitas de talleres, técnicas y posibles esculturas hasta la falsa-amante-de-Warhol, que según nuestros rutilantes nos dejaron escuchar, es también falsa-curadora de la apoteótica muestra de artistas que se contemplaban cara a cara, incrédulos ante el enfrentamiento. ¡Pero qué atardecer!
El apoderamiento fue total a la salida, los vigilantes comenzaron a notar de que éramos meros rutilantes y nos atacaron con líneas infranqueables y celulares prohibidos.

Rutilamos, tres, compartiendo tiempo y espacio, mosqueteros los rutilantes

to be or not to be

Ante la disyuntiva hamletiana, ser donde no se es.