viernes, 28 de noviembre de 2008

martes, 25 de noviembre de 2008

tintas aéreas


sonidos de amor

rastros que se perdieron rastros que siempre llegan, trozos, presencias, ausencias, todos y nadie
to love or not to love
11.11


1.
por más que corra tras este trazo que se aleja
por más que encuentre el placer de tu niñez
por más que me pierda
por más que sea como un río suave
por más que cante pájaros
por más que estas palabras surjan casi frías, casi quemantes
por más que en mi recuerdo vuelva el instante, deambule, sea negra, oscura, radiante, blanca, llena, vacía
por más que pasen las horas, los días, llueva, llueva sobre mi, mis dedos se deslicen incontablemente sobre la madera, llore un llanto eterno, quiera, ame, vea, sienta viento frío, tus pies, tus trotes
todo esto en mi simultáneo y vos tan lejos, siempre ausente y yo tan acá, tan viva, con un corazón no para, late.

2.
este es mi reino desolador
máscara riente de una niña que parece eterna
amor que me aniña como siempre
pie sobre una huella, casi húmeda que huele a fango
escucho la rueda que gira,
eternamente
gota tras gota da vueltas
nos moja y da sed

abrazo cada bestia que corre
la busco
me acerco, la amo
sonrisa de lo que es, sonrisa de lo verdadero
gritamos, aullamos a una noche cristalina
que se resquebraja aguantando el peso
de quienes mansamente pastan
sobre un cuerpo que yace en vida

3.
rozo un aire casi muerto
que respirás
beso un agua con ondulaciones
siento el peso de un calor
agobio tuyo que me empaña

veo un circuito que no cesa
veo tus ojos perdidos en una niebla gris
tus manos alcanzando el color
oigo,
oigo y soy bestia,
oigo y mi cuerpo dicta estas palabras
celosa de mi alma escribo
guardiana de mi vida y de mi amor
que vale por el de todos los que me amaron
que son el pie de un monte que trepa
tras tu espalda,
ensordecedor
hasta tu cuello
donde muere
en ti
son

4.
desdeñaste el peso de mi alma
huiste tras árboles que no ocultan
para ocultarte de mi vida supiste ser estrellas
vidas eternas, vidas
qué me queda a mi
que no soy más que estas palabras
y qué.

5.
creo saber que tu huida fue en el sentido de un sol que encuentra la luna
creo ver nacer las sombras que languidecen
creo en un espacio que nos transforma, nos acerca eternamente
deja olernos, sentirnos, gustarnos
creo en un espacio que nos separa
que siempre estará presente en tu mirada, en la mía
creo en manos que se entrelazan y se pierden en infinitos dedos
de estrellas y soles
creo oir nuestra risa perdida que se va jugando con nuestras almas
que se amaron

6.
dejo ver este futuro a los pájaros
que saben correr tras él
juntos amamos un tiempo que fue y que no será
brisa que retorna cargada de luces
que no podemos mirar
porque no estamos
porque ya nos arrancó un viento
que acabó con nuestra sed y nos nutrió de algo que desconocemos
siento languidecer y vivir
siento el viento
que nos llevó y nos trajo
nuestro amor

7.
contaría el aire de cada segundo que abrazo
de este mundo que es como un empeño roto
por quien no paga por absurdo
por palabra ridícula que resuena en nosotros
por un queso que está rancio
sobre un mueble que murió
en una vida que creyó pasar

despacho el muelle de una bienvenida
que atesoramos
que nunca llega
salvo gaviotas blancas
que la salitre desdeña

sabemos que solo el mar
canta esta soledad
abrazamos la tierra
el polvo que nos cubre
y nos permite amar
esta vida

8.
noche, creo que sos mía
en una amor
que canto a todas las estrellas

ethos

Se desplazó en medio del salón gigante, hacia el fondo podía ver los reflejos de una proyección en una noche como noviembre puede ofrecernos a quienes moramos de este lado del planeta; fresca, abierta, como si un silencio se hubiera apoderado momentanemente de la ciudad y ese silencio fuera noche.
Su mano sujetaba una cámara transpirada y a su paso se le desplegaba un espectáculo que él concebía fantástico. Objetos, piezas y mujeres inalcanzablemente hermosas que charlaban en grupos con hombres de otra estirpe. Su éxtasis aumentaba y un cosquilleo le recorría el cuerpo entero. Todos ellos, seres celestiales, a su alcance. Él que había vivido un espectáculo circense, él que sabía ser fenómeno entre jaulas, excrementos de animales y trajes brillosos, abrazaba su cámara que pendía como un injerto. Su paso era estruendoso y su voz aullaba como un gallo desafinado en cada intento de intercolución. Los grupos se dividían y abrían a su paso, en cada una de sus intervenciones. Él sonreía nerviosamente, notablemente excitado por tanta belleza ¡Ah! ¡Que más! ¡Crueldad! El salón comenzó a destirlarla, súbitamente. Lo que brillaba se hizo rancio y él quedó parado en el medio de esa multitud; una vez más circensemente; en medio de fieras y defecaciones.

Solo el jardín mantuvo su silencio, solo la noche eclipsada por dos ojos que fueron a posarse sobre quien ama en secreto a un ser inalcanzable.

sábado, 22 de noviembre de 2008

la invasión de los rutilantes

A Santi y Carmen

Esa ridiculez de que Gallo se convierta en Austria, pff, así, sin previo aviso; buena ocasión para una charla con un librero que transpoló a hermoso en otra librería mucho más mítica, sin hojas vacías. El tiempo pasa y no en vano, eso diría alguien que no entiende que somos nosotros los que pasamos por el tiempo, pero bueno, finalmente, Pasaje Bollini. Casi se diría un pequeño pueblito italiano. Los vecinos nos recibieron desde la ventana, Buona sera a tutti quanti! Qué magnifico luce el sol en su jardín!. Disculpáronse por las joyas - son solo tres días-. El Picachu dinamitado nos sonrió maliciosamente - algo oculta este bicho, una oscura felicidad- y oligateamos ratones, ciervos y un señor-oso (medio chuwacado) todos enmarcados con linternas, pelotitas de golf, un desfile que fue estruendósamente risueño, sí, nos reimos, qué gusto.

El 152 vino como bólido fantástico, nos causó sin embargo un pequeño dislocamiento, se apoderaron de nuestras cabezas ínfimos rutilantes. Primero tomaron la lengua, fue con tanta geometría que nos dimos cuenta, algo andaba más lento, sin embargo los embaldosamos en una fábrica babilónica de un segundo subsuelo en Florida y nos enteramos que el arte cotiza, en monedas venusianas, gran sorpresa que decidimos festejar antes con alfajores y un paisaje ruso que colaba sirenas, teatro dentro de teatro y turquesa a-priori. Hicimos una parada intermedia y vimos un gran pollo que ejecutó una danza aérea muda y sorda, hasta que los rutilantes se apoderaron de nuestro oídos y nos hicieron saber que la ejecución era al son de la Zamba de la Esperanza.

Pusimos finalmente los pies al servicio de los rutilantes que nos desplazaron en medio de listas infinitas de talleres, técnicas y posibles esculturas hasta la falsa-amante-de-Warhol, que según nuestros rutilantes nos dejaron escuchar, es también falsa-curadora de la apoteótica muestra de artistas que se contemplaban cara a cara, incrédulos ante el enfrentamiento. ¡Pero qué atardecer!
El apoderamiento fue total a la salida, los vigilantes comenzaron a notar de que éramos meros rutilantes y nos atacaron con líneas infranqueables y celulares prohibidos.

Rutilamos, tres, compartiendo tiempo y espacio, mosqueteros los rutilantes

to be or not to be

Ante la disyuntiva hamletiana, ser donde no se es.