algunos pensarán en la vida como un tablero de ajedrez; con sus piezas; sus movimientos, sus lugares, tan previsibles, calculables (al menos en una cantidad de jugadas casi digitables); algunos tendrán esa desgracia, yo últimamente la veo más como un tablero de go; habitable, sin movimientos previsibles; con encuentros fortuitos; hermosos; coincidencias buscadas en esta gran fuerza que despliega la vida; en este lugar tan hermoso donde nos encontramos; no soy ingenua sin embargo; la belleza no es lo único; por eso en el go también hay muerte.
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